La gestión ambiental se refiere a la comprensión de la estructura y función del sistema terrestre, así como de las formas en que los humanos se relacionan con su entorno (Barrow, 2005). Por lo tanto, la gestión ambiental se ocupa de la descripción y el monitoreo de los cambios ambientales, de la predicción de cambios futuros y de los intentos de maximizar el beneficio humano y minimizar la degradación ambiental debido a las actividades humanas. La gestión ambiental se trata de la toma de decisiones, y está especialmente enfocada en el proceso de toma de decisiones en relación con el uso de los recursos naturales, la contaminación de los hábitats y la modificación de los ecosistemas. Es una actividad política porque esas decisiones, sobre recursos, contaminación y ecosistemas, nunca son neutrales u objetivas; por el contrario, están cargados de valores y reflejan el ejercicio del poder de grupos particulares sobre otros.
Los expertos asociados de AAE intentan deliberadamente dirigir el proceso de desarrollo para aprovechar las oportunidades; intentar asegurar que no se excedan los límites ambientales críticos; trabajar para reducir y mitigar los problemas ambientales; y están preocupados por aumentar la adaptabilidad y la capacidad de recuperación de las sociedades humanas frente al cambio ambiental, la variabilidad, la imprevisibilidad y los peligros.